Mundos perdidos en la orbe de
la hora
Estoy jugando y sé que todas
son mis armas
sobre esta tierra de sombras
Mañanas que no auguran otro
día
penas y cabellos caídos
todo recubierto de belleza
triste belleza
despierta como la fuente en
las estrellas
palpita algo
otro día
una sonrisa recordada
una pequeña tristeza disuelta
entre lagrimas
nada es fatal sobre esta
tierra
solo los ojos que un día ya no
aman
solo las rosas que se han
abierto para siempre
y las delgadas sobras locas
las dociles locuras con las
que juego a esta hora
y para siempre
hay dentro, muy dentro, un
suspiro quieto, muy quieto
un aullido en un paisaje, una
luna,
una constelación de latidos
salvajes, hay un silencio
dentro,
muy dentro de esta tierra de
sombras.